Quiénes somos

Marruecos, país islámico y encrucijada de muchas influencias: Fenicia, romana, bereber, árabe, africana y mediterránea, rica en historia y leyendas Del Rif mediterráneo a la costa atlántica, de las alturas del Atlas al Sur sahariano, Marruecos ofrece una gran diversidad de paisajes, modos de vida, colores y sabores. Un país que asombra a los visitantes, los hechiza y permanece para siempre en sus corazones y recuerdos.

Tan cerca de Europa que sólo 14 kilómetros lo separan de ella. Gracias a esta proximidad geográfica, Marruecos sigue siendo un nexo de unión entre los dos continentes, africano y europeo, permitiendo en todo momento un acceso rápido y fácil a ambas orillas, ya sea en avión, barco, tren o coche. Marruecos sigue abierto a los visitantes de todo el mundo.

Con 2.446 kilómetros de costa atlántica y 537 kilómetros de costa mediterránea, Marruecos es el lugar ideal para practicar cualquier deporte náutico, pero sus costas también cuentan una larga historia de intercambios, conflictos y flujos humanos y materiales que han forjado su futuro. Es un placer descubrir que los orígenes de Marruecos se remontan a la profundidad de los tiempos, lo que no impide que sea auténticamente moderno. Sus orillas, sus costas, sus paisajes, sus hombres y mujeres, han inspirado a escritores, pintores y poetas europeos y de otros lugares a lo largo de los siglos… Tánger, Casablanca, Essaouira, Agadir son ciudades legendarias, pero también ciudades que hoy ofrecen todas las comodidades de la vida moderna, con sus nuevas estructuras y su nuevo rostro, el de un Marruecos en expansión que no deja indiferente a nadie.

En el interior, le esperan grandes ciudades ricas en historia, magia y misterio. Rabat, Fez, Meknes, Marrakech, antiguas ciudades imperiales, llenas de recuerdos y leyendas, de belleza y encanto, revelan sus secretos a los pacientes visitantes… Sus calles estrechas y sinuosas, a veces tortuosas, con una luminosidad excepcional, pero también sus bulevares y jardines seducen siempre a nativos y visitantes extranjeros. Descubra la famosa Torre Hassan, el antiguo barrio de las Oudaias en Rabat y Marrakech, la imponente Koutoubia, los jardines de la Menara y la plaza Djemaa El Fna, un lugar único en el mundo, considerado hoy Patrimonio de la Humanidad.

Marruecos

Marruecos goza de un clima suave y moderado durante todo el año, lo que permite disfrutar también de sus montañas, maravillosas por la belleza de sus paisajes y la serenidad de sus habitantes. Su espléndida cordillera del Atlas, sus verdes valles, sus ríos, el más importante de los cuales es el Sebou, sus llanuras salvajes, sus bosques tranquilos, sus ríos de aguas claras y transparentes, la diversidad de su flora y fauna, sus nieves invernales, son elementos vivos que invitan a relajarse y descansar. En coche, autobús, mula, esquís, bicicleta, kayak o simplemente a pie, disfrutará de inolvidables paseos por la majestuosidad de este incomparable entorno natural.

Pero si lo que busca es un cambio total de aires, olvido, tranquilidad, un encuentro consigo mismo, Marruecos también le ofrece la posibilidad de descubrir el inconmensurable mundo del desierto… Marruecos también tiene su parte de desierto. El Sáhara. Y está ahí, no muy lejos de usted, con sus dunas, mares de arena, oasis y noches estrelladas que invitan a soñar.

Marruecos es un país singularmente diverso, con gentes acogedoras y cálidas por naturaleza, generosas y tolerantes por experiencia histórica y cultural (dada la diversidad étnica que lo compone). Los marroquíes siempre están dispuestos a dar sin esperar necesariamente nada a cambio. Es la vieja lección de la hospitalidad árabe. Pero, al igual que sus gentes, Marruecos está dispuesto a desvelar sus secretos a escondidas, dependiendo del tiempo y la paciencia con que uno se acerque a ellos. Una estancia prolongada promete más experiencias y descubrimientos que una visita breve.

Marruecos está a su alcance, así que venga a conocerlo, ¡seguro que le dará la bienvenida!